sábado, 22 de enero de 2022

 Sueños de Ruiseñor

Ángel Gutiérrez Aguirre




"la derrota tiene una dignidad que la victoria no conoce"
Jorge Luis Borges



    Las fotografías de Ángel Gutiérrez no son fruto del azar. Se alejan de aquellas instantáneas obtenidas de manera fortuita y que tanto imperan en el terreno de la "concursística". El trabajo que nos presenta en este libro es el resultado del esfuerzo calculado y perseverante de un fotógrafo singular.

    Ángel no responde al estereotipo que tenemos del fotógrafo turista. Más cercano a los viajeros aventureros de Paul Bowles en "El cielo protector", necesita y disfruta de la soledad en sus viajes. Este proceder le obliga a relacionarse e integrarse con los nativos de los lugares que visita y en uno de estos fructíferos viajes que Ángel hizo por Tailandia, entabló amistad con Pa Rang un Kru de Muay Thai [1], que le abrió las puertas de una cultura ancestral, en ocasiones, tan lejana como incomprensible para la civilización occidental.

    El hombre lucha contra el hombre desde sus orígenes, la evolución de la especie le supuso que adoptase una postura erguida para mejorar el golpeo sobre sus rivales y conseguir así someter más fácilmente a los animales y a los humanos que pugnaban por un mismo espacio vital. El avance de la civilización ha ido logrando que estas luchas intestinas vayan quedando relegadas a competiciones regladas, menos cruentas y más nobles.

    Ángel Gutiérrez nos relata de forma secuencial con estas imágenes, como si de una película se tratase, la historia de un combate. Las fotografías recorren vertiginosamente desde el principio hasta el final todos aquellos aspectos inherentes a la lucha tailandesa y asiste de forma aséptica como un notario, sin tomar partido, y sin emitir juicios de valor a las veladas pugilísticas.

    Fotografía con maestría la asfixiante atmósfera que impregna los combates de Muay thai y al contemplar sus fotografías y observar a los luchadores retratados, se percibe la tensión y la pasión de los contendientes y de los espectadores. Es fácil sentir, escuchar y oler todo lo que envuelve a los combates como si uno mismo estuviese asistiendo a uno de ellos. Espectadores exultantes estallan de júbilo ante el final de la pelea y exhiben sin tapujos el éxito económico que les reportan las apuestas efectuadas por el púgil victorioso. La importancia del dinero que movilizan los combates queda retratado de manera palmaria en este trabajo realizado por el fotógrafo.

    Las mejores instantáneas del reportaje, son aquellas que con sutiles detalles nos muestran con inteligencia aquellos aspectos que quedan fuera del alcance del espectador y que tienen una gran importancia dentro de la liturgia de la lucha.

    En los púgiles fotografiados por Ángel Gutiérrez, podemos observar todos los amuletos de cuerda que llevan sobre sus cuerpos. En sus cabezas el "mongkhon", los "prajead" en los brazos, el "pong malai" collar llevado en el cuello y la "serya": camiseta con el emblema de la escuela a la que pertenecen.

    Ángel no deja escapar ningún pormenor de todo lo que acontece en los recintos desde que irrumpen en el cuadrilátero los púgiles. Podemos ver como caminan en el sentido contrario a las agujas del reloj y rezan en cada esquina, inclinando su cabeza en tres ocasiones. A continuación se procede a ejecutarse el "ram muay" un ritual personal, que suele ofrecer señales sobre quién es el entrenador y del origen geográfico del luchador. Los pupilos antes de iniciar el combate, efectúan el "Wai Khru" un respetuoso saludo a su maestro, por el que sienten admiración y respeto, a sus padres y a sus antepasados.

    Todo combate tiene un final y es el momento en el que podemos ver en los derrotados sus gestos de frustración y como asumen con desazón el no haber podido conseguir la bolsa con la que pretendían ayudar a la modesta economía familiar.

    El éxito siempre encuentra un escaparate donde asomarse, es muy fácil encontrar titulares y pregoneros que ensalcen a los victoriosos, mientras que la derrota queda para la intimidad. Son los familiares y los amigos más cercanos los que acompañaran la soledad del derrotado. En las fotografías de Ángel se puede observar simpatía por el derrotado, la arrogancia del vencedor queda relegada a un segundo plano.

    La humanidad tiene la obligación moral de avanzar hacia una sociedad mejor. Recientemente, la presión de médicos y organizaciones preocupadas por la infancia, ha conseguido que el boxeo infantil en Tailandia haya sido declarado ilegal. El fotógrafo Ángel Gutiérrez solamente ha querido realizar un trabajo fotográfico con la única finalidad de legar a generaciones venideras un documento histórico de una práctica pugilística extendida hasta ahora en una amplia zona del continente asiático.

                                          Miguel Ángel Sintes Puertas


[1] Maestro de lucha tailandesa








Del 20 de enero al 10 de marzo
De lunes a viernes de 10:00h a 18:00h

 

C. de Miguel Ángel, 33, 28010 Madrid








lunes, 10 de enero de 2022

 Inaugurada la exposición

en "La Bola de Cristal"



con Andrés Trapiello y Juan Manuel Bonet



Pepa en La Bola de Cristal


con Ángel Gutiérrez, Andrés Marín, César Lucas y Vicente Tofiño



César Lucas


Manuel González, Tofiño y César Lucas


Manuel González, Andrés Marín, Tofiño y César Lucas











"PIERRE GONNORD"

"in memoriam"                                   © Miguel Ángel Sintes Puertas Retrato que le hice a Pierre en la Feria del libro...